Además, el almuerzo brilla por su ausencia para muchos debido a los horarios laborales, por lo que el desayuno se convierte en aliado para afrontar el día con glucosa, nuestro combustible energético.
Fundamental en los niños
Un desayuno equilibrado contribuye a un buen reparto de las calorías a lo largo del día y proporciona muchos nutrientes especialmente importantes en época de crecimiento y desarrollo. E no desayunar o hacerlo de mala manera, provoca un desequilibrio en el aporte calórico de cda día y la falta de las vitaminas y minerales necesarios para el buen desarrollo físico e intelectual.Si no desayunamos...
Algunas de las consecuencias de no tomar el desayuno son decaimiento, falta de concentración y mal humor, debido al déficit de glucosa que produce el ayuno. La falta de glucosa empuja a nuestro cuerpo a quemar otras reservas energéticas, lo que causa múltiples alteraciones en el normal funcionamiento orgánico.En edades escolares, esto condiciona el aprendizaje y acarrea un descenso del rendimiento, ya que la capacidad de locución o expresión, de memoria, de creatividad y de resolución de problemas quedan particularmente afectadas. Por ello, se puede considerar que el desayuno es un hábito alimentario que llega a condicionar el estado físico, psíquico y nutricional, pero no sólo de los niños y adolescentes, sino en personas de todas las edades.
Beneficios de un buen desayuno
- Mejora del estado nutricional: Tomar un buen desayuno ayuda a realizar ingestas más altas de la mayor parte de los nutrientes que el organismo precisa. Las personas que no desayunan suelen seguir una dieta de peor calidad, mientras que quienes lo hacen, suelen hacer una dieta menos grasa y más rica en fibra, vitaminas y minerales.- Control del peso: Las personas que desayunan mantienen el peso en los límites saludables en mayor medida que las que omiten esta ración. Repartir las calorías durante el día en 4 o 5 comidas, ayuda a que no se sobrecargue ninguna de ellas. Esto también contribuye a evitar picar entre horas.
- Rendimiento físico e intelectual: Las personas que omiten el desayuno ponen en marcha una serie de mecanismos en el organismo (descenso de la hormona insulina y aumento de cortisol y catecolaminas) para mantener la glucemia en valores aceptables. Estos cambios hormonales alteran o condicionan la conducta e influyen negativamente en el rendimiento físico e intelectual.
Un desayuno equilibrado
El desayuno debe suponer entre el 20 y el 25% de las calorías ingeridas a lo largo del día. Para que sea equilibrado, deben estar representados los siguientes grupos de alimentos: lácteos (leche, yogur, quesos), frutas y cereales (pan, tostadas, cereales de desayuno, galletas). También se pueden tomar erivados cárnicos de manera moderada.Cereales: Proporcionan hidratos de carbono que aportan energía, vitaminas y minerales. Los cereales integrales aportan, además, fibra.
Lácteos: Contienen proteínas de calidad, calcio, vitaminas A y D, y vitaminas del grupo B.
Frutas: Aportan hidratos de carbono, agua, vitaminas, minerales y fibra.
Derivados cárnicos: Jamón cocido o serrano, fiambres poco grasos, embutidos. Contienen proteínas de calidad con función formadora y cantidades de grasa con función energética.
Otros: Azúcar, mermelada, miel, etc. Aportan hidratos de carbono con función energética.