Nuestros gestos, expresiones, las poses son muy importantes a la hora de relacionarnos con otras personas. Unas reglas muy sencillas para saber estar con los demás y resultar agradables y una buena compañía sin agobiar ni resultar "confianzudo".
Las personas tenemos una zona de relación con los demás y son espacios que debemos respetar. La zona íntima de una persona es de 50 centímetros y sólo pueden traspasarla las personas más allegadas y de máxima confianza y cercanía como esposo, hijos, familiares y amigos íntimos. La zona personal es de unos 1,25 centímetros. Esta será la distancia en reuniones, en nuestro ámbito social y laboral. La zona social será hasta de tres metros y debemos utilizarla con personas que no pertenecen a nuestro entorno, como la cajera del super, el electricista, gente en la calle.
Nuestras manos son fundamentales en la comunicación no verbal. Las palmas deben estar hacia arriba, indicando sinceridad. Si están mirando hacia abajo, muestran una posición dominante. El apretón de manos debe ser fuerte pero no del tipo "quebrantahuesos". Ofrecer la mano siempre en vertical. Dar la mano, agarrando del brazo o del hombro es un gesto que sólo está permitido con nuestros amigos más íntimos o parientes más cercanos.
No se deben morder las uñas en público, sonarse los dedos, chasquear ni repicar los dedos en la mesa, porque denotamos nerviosismo o inseguridad. Tampoco debemos apoyar la cabeza en la barbilla porque demostramos aburrimiento.
Los gestos son una importante herramienta de expresión y, por eso, menos es más. El abuso de gestos da una imagen negativa de la persona. Los extremos son malos, tampoco debemos parecer postes andantes que ni nos movemos.
Uno de los gestos más lindos es la sonrisa y, en las personas que trabajan de cara al público, les favorece mucho sonreír y lucir una casa afable. La sonrisa atrae, relaja, levanta el ánimo y es un gesto de reconocimiento o saludo.