Saludar es todo un arte. Es la base de los buenos modales de una persona y revela muchos detalles del carácter.
Al encontrarnos con una persona conocida, simplemente tenemos que saludarla. No hace falta charlar o pararse pero el aludo es imprescindible. Debemos saludar a nuestro vecino, conocido, compañero de trabajo... El saludo es una norma básica de buena educación.
El saludo debe acompañarse de una sonrisa, un gesto agradable, aunque el saludo sea de pura cortesía o compromiso. Las personas amables siempre tienen mejores oportunidades de caer bien a los demás.
Hay algunas reglas sobre el saludo. Veamos:
- El caballero saluda a la dama.
- El más joven saluda a la persona de más edad.
- El que va solo saluda a las personas que van en grupo.
- Entre una señora y un señor de avanzada edad, predomina el señor de avanzada edad, y es la señora la que se acerca a saludar al anciano.
El saludo puede hacerse en la distancia, con un pequeño gesto como levantar ligeramente la mano, pero sin intercambiar palabras a voces o cualquier otro tipo de manifestación verbal. También se puede saludar en la cercanía, sin invadir el espacio privado de las personas.
Los señores deben quitarse el sombrero mientras dure el saludo y los guantes si dan la mano. Las señoras pueden quedar cubiertas pero, si saludan a personas mayores, conviene quitarse el sombrero o guantes.
No se debe saludar con las manos en los bolsillos, con un cigarrillo en la boca, comiendo, mascando chicle o actitudes similares. Si lleva en la mano derecha un paquete, bolso, paraguas, etc. deberá intercambiarlo de mano para saludar.
El saludo es una muestra de cortesía y educación y sólo puede evitarse en el caso de poner en un compromiso a otras personas. En ese caso puede ser más prudente evitar el saludo para no poner en un compromiso a la otra persona. Lo importante es la cortesía y todo dependerá de las circunstancias.
Cómo saludar
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