El comportamiento impulsivo

Las personas con comportamiento impulsivo tienen un umbral de tolerancia más bajo que el resto de las personas y sufren una tasa emocional elevada ante situaciones de la vida diaria sencillas que no debieran alterarlas pero que sí lo hacen.

La impulsividad los lleva a la desesperación y a perder el control sobre sí mismos. Se dice que alguien se comporta de manera impulsiva cuando responde o actúa sin reflexión ni prudencia, dejándose llevar por la impresión del momento.

Cuando la situación es percibida como una provocación, el comportamiento impulsivo se manifiesta a través de la cólera y el individuo actúa con agresividad. Aunque parezca que se obtiene un beneficio a corto plazo (camiar la situación, por ejemplo) a medio plazo ya no es tan beneficioso. Afloran los sentimiento negativos, la culpa, baja autoestima y las posibles consecuencias jurídicas de lo que pueda haber hecho el sujeto colérico.

La frustración, el sentirse provocado o la falta de correción de la pareja que relata un hecho privado delante de otras personas o un acontecimiento irritante pueden desencadenar la indignación y la consecuente reacción impulsiva.

Las personas impulsivas funcionales se caracterizan por tomar decisiones rápidas y sin meditar. Es característico en personas creativas y seguras de sí mismas, capaces de asumir cierto nivel de riesgo y con un alto nivel de actividad y audacia.

Por último, están los individuos en los cuales la impulsividad agresiva es una reacción incontrolable. Las causas que desencadenan su impulsividad no justifican el nivel de vilencia que desarrollan. Cuando no pueden distinguir que las situaciones de impulsividad son contraproducentes.

Cuándo estamos ante una persona impulsiva

Ciertos indicadores nos permiten saber cuándo estamos ante una persona impulsiva. Deben experimentar más de cuatro de los siguientes indicadores:

- Actúa sin pensar.
- Siempre busca vivir experiencias arriesgadas.
- Baja tolerancia al aburrimiento y la frustración.
- Desorganizado, no planifica sus actividades.
- Olvidadizo, siempre llega tarde a todos lados.
- Inconstante. Cambia de actividad con mucha frecuencia.
- Actúa de manera inapropiada generando problemas.
- No puede esperar su turno para hablar.
- Es creativo pero siempre presenta las cosas sin perfeccionarlas demasiado.

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