El dolor de espalda

El dolor de espalda es una de las molestias más frecuentes. Una buena postura, la prevención y la consulta al médico son los mejores aliados.

El dolor lumbar puede ser consecuencia del estrés, las tensiones y, muy especialmente, del sedentarismo y las malas posturas. A pesar de ser uno de los dolores más frecuentes, pocas personas le dan la verdadera importancia que tiene dejando pasar las posibles soluciones y las meidas de prevención.

El dolor de espalda es el dolor mecánico que afecta a los músculos y vértebras. Se denomina 'cervicalgia', cuando afecta a las vértebras cervicales; 'dorsalgia', si afecta a las dorsales; y 'lumbalgia', si se localiza en las lumbares, en la parte inferior de la columna.

Este dolor puede tener su origen en problemas estructurales de la columna, como una desviación (escoliosis), el desgaste de los huesos (artrosis) o hernias en los discos.

La mayoría de las veces su origen es un problema mecánico músculo-esquelético, aunque se trata de un síntoma que no es característico de una enfermedad, sino indicador de varias. Esd ecir que, por ejemplo, puede ser el reflejo de un cólico de riñón, un problema digestivo, endocrino o ginecológico.

Las radiografías no son suficientes, en la actualidad, para diagnosticar un problema de espalda, incluso en el caso de un provblema estructural como la escoliosis, la artrosis o las hernias porque podrían no verse reflejadas en las placas radiográficas. Es muy importante tener en cuenta, por parte del especialista, los síntomas que manifiesta el paciente.

Ante la presencia del dolor de espalda lo primero que debemos hacer es recurrir al médico de cabecera y él será quein valore el dolor y quien aplique las primeras medidas terapéuticas.

En caso de persisitir el dolor, el mismo médico nos derivará al especialista o a un equipo multidisciplinar; es decir, un traumatólogo, un reumatólogo, un médico rehabilitador y, en casos más extremos, por un cirujano ortopédico o neurocirujano.

En algunos casos, el dolor de espalda no se soluciona con tratamientos farmacológicos y los pacientes deben someterse a una intervención quirúrgica.

Tratamiento

Los tratamientos disponibles para el dolor de espalda son numerosos. Los analgésicos y los antiinflamatorios y los relajantes musculares representan el primer escalón terapéutico para combatir el dolor de espalda. Deben siempre suministrarse bajo supervisió médica y no a demanda del paciente.

Con los fármacos y medidas de higiene postural, el dolor cede en la mayoría de los casos.

La electroterapia es un tratamiento del dolor agudo realizado por el fisioterapeuta, que consiste en aplicar corrientes eléctricas antiinflamatorias o analgésicas.

También se practica la terapia manual, consistente en masajes, estiramientos pasivos y tracciones.

La neuroreflexoterapia es una técnica que consiste en la implantación transitoria de unas grapas en la piel de la zona de la espalda que se debe tratar (cervical, dorsal o lumbar). Está indicada para aliviar o curar los dolores de espalda cuando los fármacos no curan y se desaconseja la cirugía.

El reposo en cama

Hasta hace poco, ante la aparición del dolor se recomendaba guardar reposo absoluto hasta que desapareciera. En la actualidad, se considera que es contraproducente y que, pasados los primeros días en que el dolor es invalidante, hay que evitar el reposos absoluto y realizar una mínima actividad hasta donde sea posible.

Higiene postural

- Levantarse peso con la espalda recta, flexionando las rodillas. La fuerza se debe hacer con las piernas, en vez de doblar la espalda.

- Dormir boca arriba o de lado, en posición fetal, y evitar colocarse boca abajo.

- No permanecer más de 45 minutos sentado. Pasado este tiempo, levantarse, unos segundos como mínimo, y estirar las piernas.

- Realizar un programa de ejercicios musculares para dorsales, abdominales, cuádriceps e isquiotibiales para fortalecerlos. Los programas de estiramientos, el yoga o el Pilates son métodos útiles para reforzar la espalda.

- Utilizar una almohada que no sea muy gruesa, para que las cervicales descansen bien y no estén excesivamente flexionadas, pero tampoco demasiado fina, para que la cabeza no se incline mucho hacia atrás.

- Colocar la computadora delante para mirar la pantalla de frente y mantener la espalda recta.

- Usar una silla de altura regulable para trabajar frente a la PC.

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