La higiene bucal

La infancia es el momento ideal para adquirir hábitos de higiene dental que los padres deben ayudar a mantener, acudiendo a la revisión anual del dentista.

Es importante limitar el consumo de azúcar para favorecer la duración de la dentadura natural, que permite masticar con mayor facilidad y una mejor digestión. Cepillarse los dientes cada día es un hábito imprescindible y que además, es rápido y sencillo. Se deben emplear dos minutos para frotar todas las piezas y repartir la tarea en tres pasos: cepillado, hilo dental y enjuague bucal.

Afecciones bucodentales

- Placa: Principal causa de caries y enfermedad de las encías. Conjunto de bacterias que hay en la superficie de los dientes y de las encías. Tiene forma de película incolora y se deposita sobre los dientes.

- Sarro: Es la placa bacteriana endurecida, de colro amarillento. Cuando se encuentra en la base del diente, sólo lo puede eliminar el dentista con una limpieza. También se puede formar en el borde de las encías y debajo de éstas, lo que irrita el tejido gingival.

- Caries: Una higiene bucal deficiente o la falta de ella permite que se acumulen en la boca restos alimenticios que producen ácidos que destruyen el esmalte. Estos restos microbios que atacan la estructura debilitada de los dientes.

- Enfermedad periodontal: Es una patología crónica causada por la placa bacteriana y que conduce a la pérdida de soporte periodontal de los dientes.

- Mal Aliento: Este problema disminuye con un buen cepillado y una limpieza profunda con hilo y enjuague bucal.

Un cuidado para toda la vida

El cuidado de los dientes comienza al aparecer la primera pieza, a los seis meses aproximadamente. A esta edad es conveniente asear los dientes y las encías con una gasa húmeda después de tomar la mamadera o comer alimentos. La primera visita al dentista será a los dos años y servirá para comprobar el desarrollo correcto de la dentadura y que el niño se familiarice con los buenos hábitos bucales.

A los seis años comienzan a caerse los dientes de leche. Se debe emplear una pequeña cantidad de pasta dentífrica con bajo contenido en flúor y un cepillo de cerdas suaves. Los padres deben enseñar un correcto cepillado y la importancia de la limpieza dental diaria.

En la adolescencia, los hábitos de higiene bucal ya se han adquirido y es imprescindible cepillarse los dientes, al menos, a la mañana y a la noche.

En la edad adulta las buenas costumbres adquiridas deben mantenerse de por vida, junto a las revisiones periódicas al dentista, y extremarse en el caso de las personas mayores.

Los aliados de la higiene

- Cepillo: Elimina los restos de alimentos y las bacterias sin dañar el esmalte. Debe ser ergonómico, con mango antideslizante, cerdas suaves y cabeza pequeña para llegar a todas las zonas de la boca y, especialmente, a las muelas. Podemos utilizar un cepillo eléctrico. Hay que sustituirlo por uno nuevo cada tres meses o cuando las cerdas estén estropeadas.

- Dentífrico: Ayuda al cepillo a acabar con la placa. Es importante que contenga flúor.

- Hilo o seda dental: Sirve para limpiar entre los dientes y eliminar la placa. Su acción se complementa con los enjuagues con elixires y soluciones antisépticas, pero en ningún caso sustituye al cepillado.

Cómo cepillarse los dientes paso a paso

Lo mejor es cepillarse los dientes despúes de cada comida pero, en especial, a la noche. Es en ese momento cuando los dientes están más desproteidos porque nuestras glándulas produce menos saliva. El cepillado debe realizarse con movimientos suaves y cortos sin ejercer presión sobre los dientes o encías. Pasar el cepillo suavemente por la lengua ayuda a eliminar bacterias y mantener un aliento más fresco. El enjuague con elixires refuerza la limpieza.

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