Ser zurdo

Ser zurdo es lo más natural del mundo y los padres que tienen hijos zurdos deben tener paciencia y ayudarlos y evitar convertirlos en diestros porque es muy negativo para su desarrollo.

No hay acuerdo entre los investigadores médicos sobre el motivo por el que una persona es zurda o diestra. Algunos consideran que si los dos progenitores o uno de ellos son zurdos, las posibilidades de heredar la tendencia aumentan, mientras que otros sostienen que es simplemente producto del azar de la naturaleza. Pero hay conformidad en que las causas son neurológicas, ser diestro o zurdo está determinado por el cerebro.

Pero recién entre los cinco y siete años, cuando el niño adquiere autonomía, cuando se puede confirmar definitivamente. Antes conviene ser paciente y respetuoso si el niño tiende a atarse los cordones o subirse la cremallera con la mano izquierda. Habrá que ayudarle a hacerlo bien, como se ayuda a un diestro, pero respetando esa habilidad natural, vigilando que consiga la destreza suficiente para que no tenga un retraso en el aprendizaje y no imponiéndole nunca el manejo con la otra mano, porque hay que tratar de evitar convertirle en un diestro obligado. Está demostrado que utilizar preferentemente el lado izquierdo no implica retraso en ninguna de las facetas del desarrollo y que, por el contrario, sí puede hacerlo la obligación de utilizar la derecha.

En el cerebro existen dos hemisferios: el derecho, que dirige los movimientos del lado izquierdo del cuerpo, y el izquierdo, que rige los movimientos del lado derecho. El cerebro controla el cuerpo de un modo cruzado y casi siempre su parte izquierda es la dominante, por lo que la mayoría de órdenes están destinadas a la derecha del cuerpo. Pero los zurdos son la excepción, ya que en ellos sucede al contrario: domina el hemisferio derecho y en consecuencia, dirige el lado izquierdo y es a este lado al que manda las órdenes.

La lateraridad es pura cuando un hemisferio domina el mismo lado en mano, pie y ojo, mientras que se habla de lateralización cruzada cuando se es diestro de mano y zurdo de ojo, o la inversa. A los dos meses se puede intuir la lateralidad de un bebé, es decir, cómo reparte las responsabilidades hacia la mano derecha o la izquierda, aunque los datos no son concluyentes, pues de nuevo hay que recordar que ser zurdo estaba considerado como una tara, por lo que hay muy pocos estudios al respecto.