El niño, pasada la época de lactante, debe incorporarse poco a poco a la dieta familiar común. La dieta común será variada y completa; y debemos enseñarle a comer de todo, para estimular su apetito, cubrir sus necesidades nutritivas y adquirir unos adecuados hábitos nutricionales para el futuro.
A partir de los 12 meses, debemos incluir en la dieta del niño alimentos con una textura más gruesa para ir acostumbrándolo. Se puede empezar con alimentos pisados con el tenedor para ir cambiando al troceado pequeño. Todo ello, dependiendo de cada niño y de su rapidez en aprender a masticar. El objetivo es que a los 18-24 meses, ingiera alimentos troceados.
Comer bien: Horario y variedad
1- Horarios regulares en las comidas: Debemos evitar que el niño pique entre horas, y aprovechar las principales comidas para darle de comer.2- Aportar variedad a la dieta: Incluir platos, sabores, texturas y consistencias diferentes, para acostumbrar al paladar del niño a una dieta variada, factor decisivo para lograr el adecuado aporte nutritivo.
A la hora de introducir alimentos nuevos, hacerlo progresivamente y al principio de cada comida, que es cuando el niño tiene más apetito.
3- Incluir diariamente los grupos básicos de alimentos:
-Leche entera y derivados como yogur, queso y otros lácteos.
-Cereales: Pan, pastas alimenticias, arroz, galletas, legumbre y féculas. El niño tiene que empezar a comer pan en las comidas. El pan puede sustituir a las galletas de la merienda y ayuda al niño en la dentición.
-Verduras y ensaladas y frutas.
-Carnes, pescados y huevos.
-Grasas: Preferiblemente aceite de oliva.
4- Distribución de comidas: Conviene que el niño realice cuatro o cinco comidas al día, lo que responde a la limitada capacidad digestiva del niño.
Consejos útiles
- Lo mejor es comenzar con sopas, purés, cremas, guisos con poca grasa, carnes trituradas o cortadas en trozos pequeños, tortillas, preparaciones de fácil masticación.- Conviene ofrecerle platos con sabores suaves y poco condimentados para que sean capaces de identificar el sabor de cada alimento.
- Moderar el uso de sal en las comidas y evitar ahumados y conservas.
- Evitar alimentos excesivamente grasos y productos de escaso de valor nutritivo (golosinas, gaseosas, papas fritas), especialmente entre las principales comidas, ya que sacian pero no cubren las necesidades nutritivas del niño.
-No abusar del consumo de bebidas gaseosas azucaradas junto con las comidas ni fuera de ellas.
- Si el niño rechaza un alimento esencial, intentar sustituirlo por otro de valor nutritivo similar, o mezclarlo con condimentos u otros alimentos que lo enmascaren. buscar diferentes modos de preparación de estos alimentos, por ejemplo: puré de legumbre y verdura, leche con distintos sabores, albóndigas de pescado, espinacas con salsa blanca.
- Procurar que el niño no adquiera conductas caprichosas y monótonas, con preferencia hacia unos alimentos y aversión hacia otros.