Las golosinas

Consumir dulces en exceso afecta la salud de grandes y chicos. Debemos cuidar que nuestros hijos no abusen de ellos para que crezcan sanos.

Las golosinas son una verdadera tentación para grandes y chicos. Los padres deben ser muy estrictos en su sonsumo porque, aunque sea difícil negarle un caramelo a un niño, el abuso puede ser muy perjudicial para su salud. Y los grandes también deben cuidarse de comer demasiados dulces.

Médicos endocrinólogos y pediatras coinciden en que el abuso de las golosinas pueden perjudicar el crecimiento, crean malos hábitos alimenticios y provocan caries. Además el consumo de azúcar en exceso provoca ansiedad, cambios en el estado de ánimo y, en los niños, los estresa o les prodece hiperactividad. Las golosinas no tienen ninguna ventaja para el organismo, y no aportan nutrientes importantes para el cuerpo, de ahí que no sea recomendable su consumo.

Al hablar de golosinas nos referimos a todo tipo de dulces como: chupetines, caramelos, pastillas de colores, caramelos de goma, chicles, algodón de azúcar, espumas, marshmalow, confites, chocolatines, todos contienen azúcar y deberíamos incluir las bebidas gaseosas azucaradas que provocan los mismos malos efectos.

La atractiva apariencia de una golosina esconde sustancias con calorías vacías que nada aportan al organismo. Y es que si bien un consumo moderado puede resultar el más grande de los placeres, su abuso puede derivar, cuanto menos, en trastornos digestivos y un aumento de caries. Así que, a la hora de comer golosinas, debemos darnos un gusto tanto grandes como chicos pero no abusar. En tus manos está que tus hijos crezcan sanos y llenos de vitalidad, con buenos hábitos alimentarios y buen humor.

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