Valentina Tereshkova fue la primera mujer en hacer un viaje espacial. Además, lo hizo completamente sola a bordo del Vostok VI. Astronauta y con una vida políticamente comprometida, es una mujer muy interesante y con una vida llena de trabajo e ilusión.
Valentina Vladimirovna Tereshkova nació el 6 de marzo de 1937 en Maslennikovo, en Yaroslav - a unos 200 kms al norte de Moscú - en la antigua URSS. Su padre, Vladimir Aksyenovich Tereshkov, era conductor de tractores y su madre, Elena Fedorovna, se dedicaba a las labores del campo. Era una familia muy humilde, perdió a los tres años a su padre que se marchó a la Segunda Guerra Mundial y no volvió, quedando huérfana. Tereshkova tenía otra hermana y además su madre, con 27 años, estaba de nuevo embarazada. Luego nacería Vladimir, el único hijo varón. Tuvieron que trasladarse en 1945 a la ciudad de Yaroslav. Comenzó a trabajar desde muy jovencita, ya que su madre y su hermana mayor hicieron lo propio poniéndose a trabajar en una fábrica de tejidos en Yaroslav para salir adelante. Recién con ocho años pudo ir al colegio, una vez finalizada la guerra.
Durante un año trabajó en una fábrica de neumáticos. Tras abandonar este trabajo se dedicó a la industria textil, que compaginó con sus estudios de Ingeniería Técnica Industrial, porque era una mujer que ambicionaba algo más de la vida que ser una simple trabajadora y tener que soportar la dura vida de los pobres en tiempos de guerra. Valentina siempre había sentido pasión por volar, por lo que se inscribió en un aeroclub de su localidad para dar un curso de paracaidismo. Era el año 1959 y tenía 22 años. Así es como se convirtió en su afición preferida y comenzó a dedicarse más y más. Al poco tiempo, ya había realizado más de cien saltos en paracaidas, siendo una de las paracaidistas más avezadas del momento. Teniendo en cuenta que el Club al que acudía Tereshkova era una organización auxiliar de la Fuerza aérea soviética, no es raro que la historia le llevara más lejos.
Su faceta política será crucial en su protagonismo en la historia. Tereshkova destacó por su pasión por el sistema comunista; su talante político le permitió dar el salto en su carrera espacial. En 1961 se convertiría en Secretaria local de Komsomol, la Liga de Juventudes Comunistas.
Valentine solicita su ingreso en el Centro de Entrenamiento para Astronautas. Su experiencia en paracaidismo fue vital para esta prueba ya que las naves Vostok no tenían ningún tipo de dispositivo para aterrizar, era necesario que los astronautas hicieran el descenso en paracaídas. Finalmente fue seleccionada entre las más de cuatrocientas aspirantes al puesto, para realizar algún día, un viaje al espacio. Su fuerza y decisión se comenzaron a notar en el Centro por lo que fue elegida para participar en los vuelos de la serie Vostok, en compañía de Valeri Bikovski.
El primer viaje de una mujer al espacio, además de ser un gran acontecimiento científico, fue un acto de propaganda política del régimen comunista que estaba enfrentado al gobierno de Estados Unidos de América. La misión tenía como objetivo 'resaltar el poderío tecnológico de la Unión Soviética en plena carrera espacial con respecto a EEUU y a enaltecer el heroísmo de la mujer soviética', como manifestaron las autoridades en la fecha del lanzamiento. Tan es así que la participación de mujeres en el programa espacial ruso siempre ha respondido a motivos políticos y a la intención de conseguir algún récord. A pesar de todo esto, la pasión y devoción de Tereshkova por el espacio estarían por encima de todo.
El proceso de selección fue bastante particular. Los requisitos fundamentales para convertirse en mujer astronauta eran: Mujeres jóvenes, menores de 30 años, con menos de 1.70 de estatura y menos de 70 kg de peso, 'ideológicamente pura', no era necesaria la experiencia como piloto (la nave Vostok era completamente automática y el astronauta podía ser considerado un mero pasajero), pero sí experiencia como paracaidista. De las cinco últimas clasificadas (Tatiana Kuznetsova, Irina Soloviova, Zhanna Yérkina, Valentina Ponomariova y nuestra protagonista), Tereshkova era la menos cualificada de las candidatas.
Todas completaron el curso de entrenamiento. Desde el principio Tereskkova se encontraba entre las favoritas, pero también desde los inicios de los tests, destacaba su buena forma física como factor positivo y su dificultad para la teoría de cohetes o ingenería aeroespacial, aspecto que la dejaba por debajo de las demás candidatas que, además, eran expertas pilotos. Mientras continuaban con un entrenamiento con seguimiento especial por parte de la fuerza aérea soviética, Tereshkova se convertiría en miembro oficial del Partido Comunista de la Unión Soviética.
En noviembre de 1962 eligen las dos candidatas finales: Ponomaryova y Tereshkova. Ponomaryova no respondió con la 'pureza del sentimiento comunista' que sí mostró Tereshkova, quien afirmaba que daría su vida por Komsomol y por el Partido Comunista. Mientras que Ponomaryova era más bien 'políticamente incorrecta', ya que afirmaba que una mujer por fumar, por ejemplo, no dejaba de ser decente. La decisión fue bastante sencilla. La mujer menos preparada pero más interesante de cara a la campaña política fue seleccionada porque transmitiría los ideales de la nueva mujer soviética.
El 16 de junio de 1963 a las 9:29 UTC, el Vostok VI despegó desde la base espacial de Baikonur con rumbo al espacio llevando consigo como tripulante a Valentina Tereshkova que, a los 26 años, se convertiría en la primera mujer y el primer civil en viajar al espacio.
-Aquí Gaviota, aquí Gaviota. Veo en el horizonte una raya azul: Es la Tierra. ¡Qué hermosa! Todo marcha espléndidamente.
Estas fueron las primeras palabras que se recibieron desde el Vostok VI. Su nombre en clave durante la misión fue chaika, 'gaviota' en castellano.
'Posiblemente ustedes no pueden imaginar lo hermoso que es. Cualquiera que vea la Tierra desde el espacio exterior, no puede dejar de ser asaltado por una sensación de reverencia y amor por este planeta que es nuestro hogar'.
El viaje de Tereshkova duró 70 horas y 50 minutos, tiempo suficiente para dar 48 vueltas alrededor de la Tierra. Pero lo que transmitiría a la Tierra no sería precisamente la realidad de cómo pasó esos días de viaje en el espacio. Según ha desvelado la propia Tereshkova, la estancia en el espacio fue casi un infierno. La órbita de la nave era incorrecta y se encontraba desviada 90º de la dirección planeada. Tras advertirlo a la central y corregir la órbita del programa al segundo día, Tereshkova se quedó más tranquila, ya que esto habría provocado un retraso en su vuelta a la Tierra o no volver directamente. La comida que le suministraron no fue la más conveniente; el pan estaba excesivamente seco, así que no pudo comerlo, por lo que a las 70 horas de su travesía por el espacio, estaba desfalleciente de hambre. También, desde el primer día, comenzó a sentir calambres por la falta de movimiento y un dolor agudo en uno de sus hombros causado por la presión del anillo del casco espacial.
Una vez fue expulsada de la cápsula espacial, se dio cuenta que la trayectoria la había llevado a un enorme y profundo lago en la zona de Karaganda, Kazakhstan, que tendría que atravesar a nado. Exhausta, hambrienta y deshidratada, tuvo que nadar para cruzar el lago con las poquísiams fuerzas que le quedaban. Un golpe de viento la lanzó al suelo, golpeándose la nariz contra el casco y provocándole un fuerte hematoma que tuvieron que disimular con grandes capas de maquillaje para su aparición pública anunciando el exitoso regreso de la primera mujer en el espacio. Pasaron 19 años hasta que otra mujer, Svetlana Savítskaya, viaja al espacio. Ninguna de las otras astronautas seleccionadas del grupo de Tereshkova viajó al espacio.
Al volver de su misión espacial, Tereshkova ingresó en la Academia de la Fuerza Aérea de Zhukovski y se graduó como ingeniera espacial en 1969. Algunos años más tarde recibiría el doctorado en ingeniería en 1977.
Tras su graduación, en octubre de 1969, la sección femenina de astronautas fue disuelta. La vida de Tereskhova se inclinaría profundamente hacia la política, convirtiéndose en una de las prominentes personalidades del Partido Comunista, aunque continuó trabajando en el programa espacial, como colaboradora científica del Centro de Entrenamiento para Astronautas, siendo nombrada en 1970 Coronel Ingeniero del Ejército del Aire de la URSS.
El 3 de noviembre de 1963 se casa con el astronauta Andriyan Nikoláiev (1929-2004) en el Moscow Wedding Palace, ceremonia a la que asistió Nikita Khrushchev, Secretario General del Partido Comunista de la URSS. Un año más tarde dio a luz a su hija Elena. Pero su amor no duraría para siempre y en 1982 conseguiría el divorcio legal de Nikolaiev. Los motivos eran bastante sencillos... Nikolaiev siempre tenía mucho tiempo para pasarlo con sus amigos varones y muy poco para su esposa. Tenían personalidades muy diferentes y chocaban como el agua y el aceite. Sin embargo, debido a que un divorcio podía poner en peligro sus carreras profesionales, siguieron juntos hasta 1979. En este momento empezarían los trámites del divorcio, no sin obstáculos y de polémica, que culminarían en 1982.
Contrajo matrimonio por segunda vez con el Dr. Yuliy Shapóshnikov, al que conoció en una rueda de reclutamiento para mujeres astronautas. Tras saber que no había pasado los tests para poder volar al espacio de nuevo, decidió solicitar el divorcio legal con Nikolaiev. Fue m uy feliz con sus segundo esposo.
Durante todo el tiempo que permaneció como un personaje activo del partido comunista jamás desechó su deseo de volver a volar al espacio, máxime cuando se había empezado a hablar de mandar una expedición rusa al planeta Marte. Todo un sueño para Tereshkova.
La vida política de Tereshkova ha sido casi más importante que como astronauta. Desempeñó varios cargos políticos a lo largo de su vida. De 1966 a 1974 fue miembro del Soviet Supremo; en 1966 también fue miembro del concilio mundial de paz; miembro del Yaroslavl Supreme Soviet en 1967; de 1974 a 1989 formó parte del Presidium del Soviet Supremo, de 1969 a 1991 perteneció al Comité Central del Partido Comunista, y de 1968 a 1987 fue Presidenta del Comité de Mujeres Soviéticas, desde 1986 es Presidenta de la U.A.S.A. (Unión de Asociaciones Soviéticas de Amistad), además de otros cargos internacionales.
Tereshkova aprovechó su posición política para ayudar a los ciudadanos con problemas así como dando asistencia personal a varios orfanatos. Del mismo modo, era una incansable luchadora del movimiento feminista soviético. Quería que las mujeres soviéticas fueran tratadas de la misma forma que los hombres, en igualdad.
El 30 de abril de 1997 se retiró de la fuerza aérea y del cuerpo de astronautas. Y tras la muerte de su segundo marido, se retiró a una pequeña casa en el campo donde recibe las visitas de sus amigos, de su hija y de sus dos nietos Andrei y Aleksei y vive una vida apacible y tranquila. Las últimas noticias que se tienen de ella se remontan a agosto de 2007 cuando fue ingresada en un hospital de Moscú para pasar un período de rehabilitación, pero no se han desvelado más detalles de su ingreso.
Mujeres de otras nacionalidades han viajado al espacio, pero Valentina sigue siendo la única que vivió esa aventura absolutamente sola a bordo de una nave espacial.
Valentina Tereshkova
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