Madres: Mujeres invencibles...

Madres: Mujeres invencibles...

En Argentina, el tercer domingo de octubre se celebra el Día de la Madre y EstiloSalta.com no quiere dejar pasar la oportunidad de saludar a todas las madres del mundo, vivan donde vivan.

Todas las madres se merecen un día especial para que las mimemos, les digamos cuánto las queremos, las llenemos de cariño y de felicidad. Es, tal vez, un buen momento para decirle con palabras y gestos todo lo que sentimos por ellas. No hay mejor regalo que un beso y un "te quiero". La cafetera, el perfume, los zapatos, las cenas y grandes celebraciones no tienen medida al lado de un hijo que se funde en un abrazo con su madre.

Nos han llevado en su vientre y, desde que nacemos, están y seguirán estando pendientes y preocupadas por sus hijos aunque tengan cincuenta años...

EstiloSalta.com les desea muy feliz día a todas las mamás, las jóvenes, las que esperan un bebé, las que ya pintan canas y tienen biznietos, las que tienen sus hijos lejos o los que han perdido un hijo. También recordamos con todo cariño a las madres que han fallecido y que sus hijos recuerdan con amor y emoción.

En especial saludamos a las mamás de nuestro equipo. Un cariñoso saludo para todas y les dedicamos esta hermosa poesía.

Una mujer

Hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor, y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados; una mujer que, siendo joven, tiene la reflexión de una anciana, y en la vejez, trabaja con el vigor de la juventud; una mujer que, si es ignorante, descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio, y si es instruida, se acomoda a la simplicidad de los niños; una mujer que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama, y siendo rica daría con gusto su tesoro por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud; una mujer que siendo vigorosa se estremece con el llanto de un niño, y siendo débil se reviste a veces con la bravura de un león; una mujer que mientras viva, no la sabremos estimar, porque a su lado todos los dolores se olvidan, pero después de muerta, daríamos todo lo que somos y todo lo que tenemos por mirarla un solo instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchar un sólo acento de sus labios.

De esta mujer no me exijáis el nombre, si no queréis que empape con lágrimas vuestro álbum, porque ya la vi pasar en mi camino.

Cuando crezcan vuestros hijos, leédles esta página y ellos, cubriendo de besos vuestra frente, os dirán que un humilde viajero en pago del suntuoso hospedaje recibido, ha dejado aquí, para vos y para ellos, un boceto del retrato de su madre.

Ramón Ángel Jara (Chile 1930, Obispo chileno)

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