Las pestañas y el rimel

Las pestañas y el rimel

Cómo cuidar las pestañas y sacar el mejor partido del rimel, uno de los cosméticos preferidos de las mujeres a la hora de maquillarse.

Te damos las claves para el perfecto cuidado de las pestañas, para no perder ninguna y que luzcan sanas y abundantes.

El color de la máscara debe elegirse en función del color de ojos. Si son azules, no hay que utilizar nunca una clara, sino negra o marino, para que haga contraste. A los ojos verdes les va muy bien el tono violeta porque acentúa su color. A los miel, también violeta o marrón. A los marrones, marrón oscuro, violeta o negra, pero no marino. Y a los ojos negros, sin duda, la negra-negra.

Como las máscaras actuales ya rizan las pestañas, el rizador no es imprescindible pero lo puedes seguir utilizando.

Para conseguir unas pestañas más espesa cuando están débiles, hay que aplicar una base invisible, todas las mañanas pero con las pestañas muy limpias, no basta con demaquillarse la noche anterior. debes limpiarlas con toallitas especiales de venta en farmacias.

Con la edad, las pestañas se vuelven más frágiles pero otros factores, como el frío, el calor, pueden romperlas. Tenemos de 120 a 140 pestañas arriba y la mitad abajo. Si se cae una, probablemente no vuelva a crecer más. Si se corta, a veces, crece y otras no.

Las podemos fortalecer con productos específicos ya que la base las protege pero no es para el cuidado propiamente dicho. en farmacias venden un sérum a base de crin de caballo que existe desde 1930 y es fabuloso. Sirve tanto para la caída como para fortalecerlas.

Hay que tener mucho cuidado con las extensiones porque sus fibras pueden dañar el ojo y el líquido con que las pegan es sumamente peligroso para el globo ocular. Si llegara a tocarlo, sus consecuencias son muy graves.

El maquillaje permanente es muy bueno para lucir unas pestañas extraordinarias. Lo mejor es hacerlo en un instituto de belleza para no correr riesgos con las tinturas. Es mejor el color negro porque tiende a rebajarse el color. dura unos dos meses pero no debe hacerse más de tres veces al año. Te da muy buen aspecto sin ir maquillada.

Cuando sólo tenemos unos minutos para maquillarnos debemos recurrir al rimel y el delineador, porque te abren el ojo de manera inmediata. Es un dúo perfecto con el que no fallarás jamás. Sólo hay que tener en cuenta que, al no ir totalmente maquillada, debes evitar sobrecargar las pestañas con producto.

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