Pis en la cama

Hacerse la pis en la cama es un problema muy común y frecuente en los niños, lo que puede complicarle sus relaciones sociales pero tiene solución si se trata de manera adecuada.

La enuresis nocturna es orinar de manera involuntaria y persistente durante la noche, pasados los 5 o 6 años de edad, siempre que no haya otra patología que origine la micción. Debemos tener claro que es un trastorno y no una enfermedad.

Sus causas pueden ser:

- Psicológicas: La ansiedad puede provocarla incluso en niños que ya no mojaban la cama. Comenzar el colegio, cambiarse de casa, problemas familiares o un nuevo hermanito pueden provocar la enuresis.

- Fisiológicas: Puede deberse a la inmadurez, alteraciones o malformaciones del sistema urológico. En este caso, también se producen pérdidas de orina durante el día.

- Hereditarias: Los niños cuyos padres han mojado la cama después de los seis años, tienen más posibilidades de padecer enuresis nocturna.

Ya sea por unas u otras causas, el problema no afecta del mismo modo a ambos sexos, y es más frecuente entre los varones que entre las mujeres.

Consecuencias

Hacerse la pis de noche es normal entre los niños porque no hay una regla general para decir a qué edad ya no lo harán más. Cada niño requiere su tiempo y madura diferente que los demás. Cada niño es único y crece a su ritmo, es decir, aprende a vestirse solo, a utilizar los cubiertos, a no mojar la cama.

La enuresis puede ser de dos tipos:

- Enuresis Primaria: Es la más frecuente y se produce cuando no se ha producido el control de la micción durante, al menos, un período de seis meses.

- Enuresis Secundaria: Se produce tras haber conseguido un control de seis meses o un período superior.

El no poder controlar la micción puede provocar algunos problemas psicológicos en los niños, especialmente en el aspecto social porque puede sentirse en una posición de inferioridad respecto de sus iguales. En realidad, el problema puede deberse a una inmadurez fisiológica o falta de aprendizaje. El control de los esfínteres y la adquisición de hábitos de limpieza suponen un gran impulso para el desarrollo de su personalidad porque el niño se siente orgulloso de su logro, lo que le proporciona más seguridad en sí mismo, más autonomía personal y mayor autoestima.

Entre los niños y sus padres son comunes sentimientos de vergüenza y culpa. También son habituales los regaños, haciendo responsable al niño del problema, haciéndole sentir mal, frustrado, dependiente. Esto lo pone ansioso, su autoestima se ve alterada. Esto depende de diversos factores como:

- Edad: A partir de ocho o nueve años, las posibilidades de verse afectados aumentan mucho.

- Sexo: Las chicas lo saben llevar mejor que los chicos hasta los once o doce años; a partir de este momento se invierten la situación.

- Actitud familiar: La intolerancia y la incomprensión familiar retroalimentan negativamente a los afectados.

- Perspectivas: Muchos mejoran antes de iniciar cualquier tratamiento, simplemente al plantear expectativas positivas.

Tratamiento

Los niños no mojan la cama por tiempo indefinido. Sólo el 3% de los adultos mayores de 20 años continúa teniendo problemas para retener la orina durante la noche. En el resto de casos, tarde o temprano, se deja de mojar la cama porque es un proceso de aprendizaje que puede costar a unos niños más que a otros.

Cuando en niños mayores de seis años la incapacidad de contener la orina nocturna se convierte en habitual, se debe consultar con un urólogo infantil para descartar la existencia de problemas fisiológicos. Si los resultados son negativos, se considera que es necesario llevar a cabo un tratamiento específico para cada situación concreta. Algunos consejos son:

- Ingerir menos líquidos antes de dormir.
- Despertar al niño a una hora determinada para que vaya al baño.
- Realizar ejercicios de retención.
- Alarmas de humedad.
- Medicación en los casos más severos.

Pautas a seguir

- No hacer un adiestramiento antes de los 18 meses o demasiado pasado los tres años, ya es un factor de riesgo para la aparición de una futura enuresis.

- Es el niño y no los padres quienes deben regular la frecuencia en la micción. La intervención de los padres se debe limitar a fijar esa frecuencia, una vez que el niño vaya dando pautas.

- No levantar al niño por la noche sin que él lo pida. Si lo hicieran deben asegurarse que el niño esté totalmente despierto.

- Retirar los pañales definitivamente a los primeros síntomas de control. También si éste no se ha alcanzado antes de los tres años.

- No caer en el error de reforzar al niño cuando moja la cama.

- Evitar las mala caras, las desaprobaciones, los castigos, ya que provocan un retraso en el control de la micción y una posible futura enuresis.

- Los primeros éxitos siempre deben ir acompañados de un refuerzo con sonrisas, caricias, gestos y palabras de aprobación.

- Evitar que el niño sepa que tiene antecedentes familiares enuréticos.

- Enseñar las rutinas necesarias para orinar de forma autónoma.

- Dejar de lado la ansiedad, ya que cuanto más ansiedad más se tardará en lograr el control.

Related Articles