Las embarazadas deben poner mucha atención en su dieta durante la gestación porque el riesgo de obesidad de los hijos se gesta ya durante el embarazo así que nada de 'comer por dos'. debe seguir una dieta equilibrada y nutritiva para satisfacer sus necesidades y la del bebé pero no sobrealimentarse ni dar rienda suelta a la ansiedad o los antojos de comida.
La alimentación de la madre durante el embarazo y la lactancia, así como los primeros alimentos que la madre administra a su bebé, marcarán la salud del hijo a largo plazo.
Los bebés en gestación se adaptan a la energía recibida de la madre en la última fase del embarazo, porque el organismo en gestación desarrolla una adaptación perfecta a la poca energía recibida de la madre, por lo que cuando ésta empieza a alimentar al bebé con normalidad sobra energía.
La adiposidad justa
Equilibrar la dieta es tanto o más importante que equilibrar el peso corporal, y no bastan los buenos propósitos de sólo nueve meses. Una gestante sana se concibe ya desde su misma gestación, pasando por la infancia y la adolescencia, aprendiendo a comer de todo y en su justa proporción. El problema no es tanto la obesidad como la adiposidad.Cuanta menos adiposidad se tiene, más garantías existen de que no habrá tampoco un exceso de azúcar, de aminoácidos o triglicéridos. Cuanta mayor adiposidad en el organismo, mayor resistencia a la insulina. La vigilancia de la adiposidad no se lleva a cabo en la balanza, sino que se hace visible a simple vista y a flor de piel. Una mujer adiposa tiene una celulitis visible. Se produce entonces una disminución de los intercambios metabólicos, endurecimiento de las fibras, enlentecimiento circulatorio y sobrecarga adipocitaria.
La transformación se da en cuatro etapas: Aumento de la consistencia de la piel y mayor congestión de la zona, formación semejante a la piel de naranja, aparición de micronódulos y macronódulos de consistencia más dura y rígida. En esta última fase hay dolor permanente, aún sin tocar la piel, puesto que la fibrosis llega al extremo de comprimir vasos y nervios. La piel de naranja celulítica, adiposa, puede tener carácter generalizado o localizado. La generalizada aparece casi exclusivamente en personas obesas y desde la pubertad. La presentación más común es la que se localiza en muslos, caderas y región glútea.
Tampoco se trata de propiciar adelgazamientos súbitos en el momento del embarazo porque la hipoglucemia y los cuerpos cetónicos también han demostrado ser perjudiciales para la salud del recién nacido. La dieta equilibrada y el ejercicio no sólo favorecen la salud del individuo sino también la de su descendencia.