En los años '50 se comenzaron a realizar investigaciones relacionadas con los efectos del tabaco en nuestra salud. Hasta entonces el fumar se consideraba un hábito sin importancia, un estilo de vida o una moda bien vista. Pero estudios realizados entonces por los investigadores Doll y Hill dejaron muy claro que el tabaco perjudica a cualquier persona independientemente de su edad, sexo, raza, nivel social y tipo de tabaco consumido, y que su asociación con muertes por cáncer, así como con otras enfermedades respiratorias y cardiovasculares, era clara y precisa.
Pero, a pesar del conocimiento de todo ello y de las intensas campañas contra el tabaquismo, sigue provocando estragos en la salud en todo el mundo. Hombres y mujeres de todas las edades y condición social siguen fumando.
La adolescente fumadora
El elevado número de adolescentes fumadoras debe preocuparnos por todo lo que conlleva en esa edad tan temprana. Es una etapa marcada por los cambios en el estilo de vida y en el comportamiento, tiempo en el que se consolida la personalidad. Los hábitos de vida adquiridos en esta etapa se mantienen, casi siempre, en la vida adulta, y son muy difíciles de modificar una vez adquiridos.Mujer adulta
En el caso de la mujer, además de causar las mismas enfermedades que en el hombre (cáncer de pulmón, de laringe y de otras partes del cuerpo, enfermedades coronarias y respiratorias), el tabaquismo adelanta la menopausia y aumenta el riesgo de osteoporosis y de fracturas de hueso. En Europa la mortalidad por cáncer de pulmón en la mujer se ha duplicado, pasando de 18.822 muertes en 1973 a 36.772 víctimas de esta enfermedad en 1992 y en Estados Unidos mueren ya más mujeres por cáncer de pulmón que por el de mama.Además, resulta absolutamente negativo el fumar durante el embarazo y la lactancia dado los problemas de salud que se pueden provocar al feto y al bebé.
El riesgo de enfermedad coronaria se incrementa si una mujer que toma anticonceptivos fuma, pero aumenta especialmente el riesgo de tromboembolismo pulmonar, que es de 20 a 40 veces superior entre las fumadoras.
La mujer en la prevención
Se considera que lo mejor es enseñar a los niños unos hábitos de vida saludables, y es ahí donde el papel de la mujer resulta clave, debido a su rol en la sociedad actual. La mujer es la protagonista en el núcleo familiar y su papel de agente de salud y educadora puede utilizarse para concienciar a los más pequeños. Si ellos ven fumar a su madre, difícilmente creerán que se trata de un hábito nocivo por mucho que ella misma se lo asegure. De nada nos servirá decirle a nuestros hijos que no fumen si nos ven con el cigarrillo en la mano todo el día. Se convertirá para ellos en algo 'natural' y no conseguiremos que se aparte de este dañino hábito.La publicidad y su poder de persuación
Hay muchos factores que nos llevan a fumar. Siendo tan perjudicial para la salud, lo podemos adquirir con mucha facilidad y es un hábito socialmente aceptado. La publicidad también ha influido mucho, cómo no. En su búsqueda de la igualdad entre el hombre y la mujer, ésta comienza a hacer cosas que eran propias de los hombres, como el fumar. Las empresas tabacaleras se dieron cuenta de esto y comenzaron a hacer campañas donde las mujeres lucen ejecutivas, aventureras, super mamás que se relajan de una agotadora jornada de trabajo con un 'relajante' cigarrillo. El miedo a engordar si se deja de fumar, las hace intentar de dejar de fumar pero fuman cigarrillos 'light' que de light no tienen nada sino el nombre...¿Dejamos de fumar?
Hipnosis, parches, acupuntura, chupetines, caramelos, yoga, control mental, miles de métodos pero nimguno te asegura el éxito definitivo. En realidad, cada fumador debe encontrar su método adecuado para él y así el éxito estará realmente asegruado. Debe ser aqule en el que su voluntad sea el arma principal: hoy dejo de fumar. La tarea es difícil pero el ser humano sabe controlarse y, como dice el dicho, 'el hombre es un animal de costumbre'. Al principio costará pero llegará el momento en que ya no necesitemos ni siquiera pensar en que ya no queremos fumar. ¿Vamos a esperar a que nos digan: 'deje de fumar ya o se muere mañana'?. Pensemos no sólo en nuestros deseos y necesidades sino también en las personas que nos quieren y que sufren y sufrirán por los problemas de salud que, indefectiblemente, nos provocará el fumar.Pidamos ayuda, muchas personas están a nuestro lado para darnos una mano: la familia, grupos de autoayuda, nuestro entorno social. Desde aquí te animamos a que dejes de fumar y lo hagas cuando termines de leer estas líneas... Ánimo y no desesperes, el éxito está asegurado si tú así lo quieres.