Ser caballero en el siglo XXI
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Ser un caballero y comportarse como tal no está pasado de moda ni es cosa de viejos. Un hombre respetuoso, de buenos modales y atento es la más clara muestra de modernidad y saber estar. Una personalidad fina y exquisita es de lo más atrayente y mejora las relaciones sociales y laborales de cualquiera.
La caballerosidad ha ido cambiando con el tiempo y, hoy en día, es reflejo de buenos modales y educación. Está ligado al ayudar a quien lo necesita, ser atento y comedido.
Hay pequeñas normas de cortesía propias de un caballero que convendría tener en cuenta para desenvolvernos como tal.
- Al subir la escalera con una mujer, hacerlo detrás de ella y al bajar, ir adelante de ella. En una puerta ella debe pasar primero pero si es una giratoria, debe pasar el hombre primero.
- Al caminar por la calle con ella, el hombre debe hacerlo del lado exterior.
- En una reunión, el caballero debe esperar a que su acompañante se siente primero.
Ya en ámbito profesional, el caballero jamás dará un beso en la mejilla a ninguna mujer, ni aunque sea su madre, salvo que ella se acerque primero.
No debemos olvidar que un caballero no solo va de traje y corbata. El caballero lo es todo el tiempo y así podrá dar a conocer su faceta más cortés, elegante y atenta.