La región vitivinícola de los Valles Calchaquíes está rodeada de cordones montañosos de inusual belleza y colores, brisas de montañas, cielos límpidos e históricos poblados.
En la actualidad, los viñedos se extienden por más de 1.800 hectáreas entre Cafayate, San Carlos, Angastaco y Molinos, todos en los Valles Calchaquíes. Además de la cepa Torrontés, las cepas tintas ocupan más del 55% de la superficie total cultivada. Se destacan entre ellas el Cabernet Sauvignon, Malbec, Tannat, Bonarda, Syrah, Barbera y Tempranillo. Cabe recordar que de la superficie cultivada, el 95% corresponde a uvas destinadas para vinos finos.
En los últimos años la industria ha experimentado un gran crecimiento y desarrollo favoreciendo la elaboración de extraordinarios vinos de calidad, reconocidos en los mercados y concursos internacionales. No solo se ha extendido la cantidad de hectáreas de cultivo sino que los bodegueros han introducido nuevos cepas y reemplazado con nueva tecnología los toneles de algarrobo y las prensas manuales, manteniendo, sin embargo, el espíritu y la pasión con la que se elaboran los vinos.
En los valles se pueden encontrar los más gruesos y añosos troncos arbóreos de vid de Sudamérica y en Cachi o Payogasta jóvenes viñedos ocultos en el paisaje montañoso.
Viñedos Premium de altura
El circuito puede iniciarse por la RN 68 desde Salta Capital a Cafayate (186 Km), un camino encantado que atraviesa la Quebrada de las Conchas, o por la RP 33 rumbo a Cachi, que sortea la Cuesta del Obispo , recorriendo buena parte de caminos naturales. También puede ingresarse a Cafayate por el sur, desde Tucumán (Ruinas de Quilmes) por la RN 40, o considerar el acceso aéreo con el aeródromo de Cafayate o el de Cachi.
Disfrutar de los valles amerita al menos dos días, aunque pueden realizarse excursiones por jornada a Cachi o Cafayate.
La exquisita conjunción de clima, suelo, vid, calidez de la gente y especialmente su altitud, hacen del valle un oasis vitivinícola productor de excelentes vinos de alta gama.
Pero al recorrido de bodegas se le puede agregar el circuito de artesanos, donde se pueden visitar ferias comunales, los talleres de alfarería y los tejidos de telar. La arqueología de antiguas civilizaciones es otro valuarte de la región. Llamas, vicuñas, cardones, montañas, gastronomía típica, artesanías, bodegas, viñedos de altura, los pueblos y su gente, hacen de los Valles Calchaquíes una experiencia imposible de perderse, un recuerdo que quedará en tu memoria.
Altura y ubicación de los viñedos
Las bondades del valle radican en su ubicación que permite desarrollar una vitivinicultura continental alejada de grandes masas de agua y a una altura sobre el nivel del mar que modera la temperatura. Los Valles Calchaquíes tienen los viñedos de mayor altura, que van desde los 1.750 msnm en Cafayate hasta los 2.700 y 3.015 msnm en Molinos y Payogasta, siendo los viñedos más altos del mundo.
Clima
El clima es árido, seco y templado, con una gran amplitud térmica que puede llegar a los 20ºC entre el día y la noche, favoreciendo la maduración y concentración de aromas. El período medio libre de heladas es de 230 días y las precipitaciones medias inferior a 200 mm. anuales. Más de 300 días de sol por año hacen posible una mejor capacidad de fotosíntesis que mejora la productividad. Por su parte, los vientos aseguran la sanidad de los viñedos por la baja humedad del ambiente; tanto la canopia como los racimos se secan rápidamente.
Los vinos salteños
En el valle se cultivan diversas variedades, destacándose el Cabernet Sauvignon y el Malbec; aunque la más emblemática es el Torrontés, cepaje blanco distintivo de los vinos argentinos, siendo este país el único productor. El origen de esta variedad es incierto y discutido, posiblemente se trate de la mutación de alguna cepa cruzada accidentalmente con vides silvestres. Su implantación es excelente en el Valle Calchaquí, donde adquiere su mejor expresión.
El perfume del Torrontés tiene reminiscencias florales y vegetales. Su sabor intenso llena bien la boca desplegando toda su personalidad que lo hace inolvidable una vez identificado, con un toque levemente amargo muy típico de la variedad.
Los tintos son de gran estructura, alto contenido de antocianos (color intenso), taninos amables en el paladar, estructura polifenólica (taninos) y con buen potencial de guarda.
El Malbec es la cepa más extendida y característica de la vitivinicultura argentina. La mayoría de los expertos internacionales coinciden en definir al Malbec argentino como el mejor del mundo. En el Valle Calchaquí logra descriptores destacados debido a la altitud de las vides, pudiendo describir estos vinos como redondos, aromáticos y de intenso color.
La ruta del vino