La modelo Frida Gustavsson, encarna a Nina y se sumerge en un laberinto de escarcha y plata, ataviada con un exquisito vestido de Alta Costura creado especialmente para la ocasión.
Nina L’Eau nos transporta a un universo de fantasía donde cualquier mujer puede ser una princesa, que recrea el frescor escarchado del invierno, para el que Olivier Cresp se inspiró en un jardín francés y en el tiempo y la luz de diciembre y enero en Francia.
“He intentado hacer un perfume como un torbellino blanco, con cuatro notas blancas que funcionan muy bien entre sí: nerolí escarchado, flor de manzano, gardenia y musk blanco”.
Nina L'Eau es un gran remolino blanco. El perfume de ese perturbador momento en que una joven se convierte en mujer.Frescura, por supuesto, una gran frescura con el nerolí escarchado, pero también la dulzura y la feminidad de la flor de manzano, la voluptuosidad de la gardenia y la redondez del almizcle blanco...
La ráfaga de la juventud, viva, ligera y sensual. El agua floral afrutada fresca firmada por Olivier Cresp, maestro perfumista de Nina. Una nueva obra para la fragancia gourmande, recogida en un envase en forma de manzana de vidrio escarchado rosa suave con hojas de plata.
Nina L'Eau
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