En Parma el cerdo es el protagonista de la región porque allí se ha creado un imperio partiendo de la base de los menudos de este animal. Pero este imperio cuenta con el tomate, la pasta, las anchoas y el queso parmesano reggiano como partícipes fundamentales de la pasión por la gastronomía parmesana. Parma es la capital europea de la industria alimentaria, título que le ha otorgado EFSA (European Food Security Agency).
Los parmesanos quieren demostrar que el respeto por la tradición y el gusto son totalmente compatibles con las más estrictas normas de seguridad alimentaria que dicha agencia les obliga a cumplir. Y pareciera que lo consiguen porque sus productos son los más prestigiosos y deliciosos...
Paseando por la ciudad
En la plaza principal de Parma nos encontraremos con el Duomo, su catedral de más de novecientos años (recientemente restaurada) y el Baptisterio, los dos de mármol rosa. Podemos visitar el palazzo della Pilotta, sede de los museos más importantes y de la Biblioteca Palatina, la plaza della Pace lo rodea. Al otro lado del río, se encuentra el Parco Ducale. Además, encontraremos bares históricos, pastelerías repletas de espejos y estucos, refinadas boutiques, tiendas gourmets, locales hi-tech o con mesas de madera, los restaurantes muy ligados a la zona refiandos y para bolsillos abultados.Los Farnese, los Borbones y luego María Luisa de Austria, conviertieron a Parma en una petite capitale que es admirada, incluso, por los propios parmesanos. La duquesa María Luisa trajo aires de modernidad, invitaba a sus salones a los personajes del mundo literario y de la música, a cocineros y arquitectos. Así fue como aprendió muchas cosas que le permitieron emprender grandes obras públicas y administrar según el modelo francés. Es así como, a finales el siglo XIX, Parma ya había aduirido fama y reputación en la industria alimentaria y atraía a inversores extranjeros.
En Soragna puedes visitar la fábrica de queso Parmigiano construida por el príncipe Casimiro Meli Lupi, un edificio circular que narra toda la historia de este queso que ya era mencionado por Bocaccio en el siglo XIV. El museo del Jamón está ubicado en el antiguo Foro Boario de Langhirano y expone instrumentos para la matanza y la preparación de embutidos, fotos y dibujos. El museo del Salame está en las bodegas del castillo de Felino. Encontrarás toda la información en su página web: www.museidelcibo.it