
Reírse es muy saludable pero, cuando se ríen de uno, ya no lo es tanto y no nos hace ninguna gracia. Hay personas con una especial sensibilidad ante la risa ajena y lo sufren mucho. Consideran que cualquier risa o carcajada que se escuche en su entorno está relacionada con ellas, y puede provocarles síntomas propios de un ataque de ansiedad: Transpiración, mareo y temblores.