El ritual del baño

Una cosa tan natural como bañarse puede convertirse en un momento de placer y lujo si, además de proporcionarnos higiene y bienestar, es reconfortante para los demás sentidos. Los últimos productos como los geles perfumados, jabones, bombas efervescentes o incluso las bañeras y duchas de hidromasajes te permitirán darte un baño fascinante y deliciosos en tu propia casa y sin gastar demasiado.

Bañeras de hidromasaje

Ocupan el mismo espacio que las tradicionales y, a través de sus bocas de salida del agua a presión o también agua y aire lo que produce unas burbujas que ejercen un proceso similar al de un masaje, con el plus que supone la hidroterapia. Apenas producen ruido y existen muchos diseños para adecuarse a cualquier presupuesto. Las que estén realizadas con fibras acrílicas o metacrilato son las que mejor mantienen la temperatura del agua y además, tienen un tacto más agradable. Existen otras que se fabrican en hierro fundido o acero galvanizado, pero producen más sensación de frío. En cuanto a las formas son hexagonales, circulares o asimétricas y también las de dos plazas muy indicadas para parejas o personas de grandes dimensiones.

Duchas de hidromasaje

Las duchas con hidromasaje ofrecen todos los beneficios de un buen baño. Las de chorros de agua a presión sacuden el cuerpo produciendo un agradable masaje con todas las ventajas hidroterapéuticas que conllevan. Cuando no se dispone de tiempo resultan más que eficaces para salir de casa llena de energía y vigor, al llegar la noche resultan relajantes y, desde luego, son especialmente agradables en el verano o después de hacer deporte. Conviene aprovechar el momento del baño o la ducha para realizar una profunda limpieza en el cuerpo con una exfoliación corporal que nos dejará totalmente renovados.

Temperatura del agua

Según la temperatura que tenga el agua de la bañera puede tener efectos relajantes o revitalizantes.

- Agua muy caliente (38 a 43ºC): Produce fatiga y sequedad por lo que no hay que abusar del tiempo de exposición.

- Agua caliente (29 a 38ºC): Es la temperatura perfecta para relajarse y para realizar los tratamientos enriquecedores con hierbas, minerales, aceites y aditivos aromáticos. Se puede estar un máximo de 20 minutos para no arrugar la piel ni deshidratarse. Cuando se encuentra justo en 38ºC es muy positiva para desentumecer los músculos y aliviar las contracturas de la columna o cervicales.

- Agua templada (24 a 29ºC): Relaja, reaviva y refresca cuando hace mucho calor. Un baño de una duración de entre 10 -15 minutos activa la circulación y alivia el estado de piernas pesadas además de poder mantener el cuerpo fresco unas cinco horas.

- Agua fresca (18 a 24ºC): Ducha rápida muy adecuada para despejarse después de una dura jornada. No estar más de 10 minutos porque entumece.

- Fría (menos de 18ºC): Muy estimulante simplemente entrar y salir del agua. Mover los miembros en el agua estimula la circulación y endurece los tejidos.

El momento del baño

Al empezar la jornada conviene terminar en aguas templadas y frescas porque anima y despierta, pero si lo que se quiere conseguir es una relajación que conlleve al sueño reparador, lo mejor es acudir a los baños a última hora y bañarse en aguas templadas para acabar la sesión en el agua caliente.

Aunque los baños son un auténtico placer, también debemos recordar la necesidad de ahorrar agua por lo que debemos reducir al máximo el consumo de agua y tratar de darnos duchas y dejar los baños placenteros para las ocasiones especiales. Recuerda que el agua es un bien escaso e imprescindible.

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