Hierro: Ni mucho ni poco

Hierro: Ni mucho ni poco

El hierro es un elemento esencial en la hemoglobina y nos garantiza el oxígeno en sangre. La anemia es muy común y sus síntomas son cansancio, dolor de cabeza, pérdida de peso, vértigo, irritabilidad. Pero el exceso de hierro también puede ser dañino para nuestro organismo.

Los vegetarianos presentan siempre más riesgo de anemia. Si mezclamos carne magra, pescado o carne de aves con legumbres o vegetales de hoja oscura, puede mejorar hasta tres veces la absorción de hierro de vegetal. Los alimentos ricos en vitamina C aumentan la absorción de hierro, mientras que el té negro, por ejemplo, contiene sustancias que se fijan al hierro e impiden su asimilación por parte del organismo.

Las necesidades diarias de hierro son del orden de los 10 a 12 mg/día, requiriendo un 50% adicional las mujeres y los hombres deportistas y hasta el doble las mujeres deportistas.

La sobrecarga de hierro

El exceso de hierro puede conllevar graves consecuencias para la salud, ya que este mineral se elimina mal del organismo y, como consecuencia, se acumula en diferentes tejidos como el hígado (produciendo fibrosis y cirrosis hepática), el páncreas (causando diabetes) o el corazón (dando lugar a miocardiopatías).

Hay dos tipos de sobrecarga de hierro: La sobrecarga de hierro primaria obedece siempre a una enfermedad congénita o hereditaria como, por ejemplo, la hemocromatosis. En la secundaria, la anemia de un paciente requiere a la larga de transfusiones de sangre y, como el organismo no cuenta con un mecanismo para excretar hierro de forma fisiológica, éste va acumulándose en los órganos a medida que se avanza en las transfusiones.

Los pacientes con hemocromatosis pueden beneficiarse de las flebotomías, pero para los pacientes con sobrecarga de hierro secundaria la solución es la quelación. En la quelación se administra un agente farmacológico capaz de fijarse al hierro de los tejidos y eliminarlo.

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