Al nacer, algunos lunares ya están presentes. La mayoría aparecen en la piel durante los primeros 20 años de vida, sobre todo en la pubertad. Son causados por una superproducción de melanina en ciertas agrupaciones de células, cuya causa es desconocida. Aparecen al principio como una mancha ocre o negra, parecido a una peca. Muchos crecen y a algunos hasta le crecen pelos.
La mayoría de los lunares no son peligrosos, aunque algunos pueden resultar desagradables debido a su apariencia o ubicación.
Muy rara vez un lunar se hace canceroso y se convierte en un melanoma maligno. El melanoma maligno es la forma menos común pero más peligrosa de cáncer de piel. Las investigaciones han concluido que el melanoma maligno puede estar relacionado con quemaduras de sol producidas durante la niñez.
Cómo cuidar los lunares
Como la mayoría de los lunares no son peligrosos, en general no hace falta tratarlos; aunque algunos se extraen por razones cosméticas. Los pelos que crecen en los lunares se pueden cortar, o si no un dermatólogo se los puede eliminar por completo.Los melanomas malignos se extraen por medio de una operación. Después de la cirugía es posible que le den un tratamiento con radiación o con drogas contra el cáncer.
Cuando un lunar se modifica
Si notas un cambio en un lunar, pide a tu médico que lo examine. Sobre todo trata de observar:- Cantidad: Lunares que aparecen en grandes cantidades (más de 100).
- Tamaño: Sobre todo si el lunar se ensancha.
- Bordes: Si el borde del lunar se hace irregular.
- Forma: Si una mitad del lunar no se parece a la otra.
- Color: Cambio del color o distintos tonos del mismo color en un lunar.
- Apariencia de la superficie: Si se empiezan a formar escalas o costras, o el lunar comienza a sangrar o a perder líquido.
- Si los lunares pican, duelen, sangran, se inflaman o se repiten, tienen que ser evaluados médicamente.