Esta prenda tan sentadora, sobria y elegante, se une a las formas de la silueta lápiz. La verticalidad y las líneas estilizadas la definen perfectamente. Cada diseñador nos propone un modelo diferente y una actitud diferente. Jill Sanders apuesta por el traje masculino pero con una feminísima falda tubo. Lanvin, austera; Marc Jacobs, más ochentera y Pilati le rinde un homenaje al smokin de YSL.
Ninguno deja de lado el buen gusto y la practicidad y más aún en estos tiempos de crisis que han llegado hasta las pasarelas. Cuero, telas envolventes, brillos, kilt, vuelos y drapeados pero, siempre, manteniendo la línea afinada del lápiz.
Botas, sandalias, botines, pero los tacos son imprescindibles. Las más curvosas pueden acompañarla de prendas superiores XL, como un gran swater, un tapado. Las que puedan permitirse lucir curvas pueden jugar con prendas más entalladas o con un buen escote.
|
|
|
|
|
|
|
|
|